2025-11-17 - 3:47 p.m.
Hoy me di cuenta de algo que me cambió el chip y quiero compartirlo por si a alguien más le sirve:
Cuando estás re mal, la cabeza te arma una película de terror donde todo es permanente y sin salida. Pero la mayoría de las cosas que te destrozan el alma son temporales. El bajón, la soledad, la bronca, la sensación de “no doy más”… todo eso pasa. Siempre pasa. Lo que no pasa es si te quedás enganchado dándole vueltas como un hamster en la rueda.
Lo que a mí me está funcionando últimamente (y no es chamuyo marketinero de autoayuda):
1. Dormir aunque sea una mierda: poner alarma para levantarse aunque te hayas acostado a las 6 a.m. El sueño regula la química del cerebro más que cualquier pastilla.
2. Mover el cuerpo aunque sea caminar hasta la esquina a comprar facturas. 20 minutos de sol y movimiento bajan la ansiedad más que tres horas de terapia (y encima es gratis).
3. Escribir la basura mental en un cuaderno o en el celu y después cerrarlo. Sacarlo de la cabeza al papel es magia negra real.
4. Hablar con alguien aunque sea por mensaje de voz diciendo “estoy hecho mierda”. Decirlo en voz alta rompe el hechizo 50% del tiempo.
5. Recordar que “esto también pasa” no es una frase pelotuda, es una ley física del universo. Nada emocional dura para siempre.
No te pido que te sientas bien hoy. Te pido que hagas una sola cosa chiquita de la lista. Una sola. Y mañana repetís. El cerebro es plástico, se reprograma con repetición, no con fuerza de voluntad heroica.
Si estás leyendo esto a las 4 a.m. llorando: respirá hondo, tomá un vaso de agua, ponete una serie boluda y dormí. Mañana a las 10 ya va a pesar menos. Te lo firmo.
Acá estoy si querés tirar un mail. No estás tan solo como te dice la cabeza a esa hora.